Un monasterio es un edificio
donde habita uno o varios monjes. Los monasterios cristianos son también llamados abadías, (regidas por un abad) o prioratos, (regidos por prior).
Su presencia en la península data de los primeros siglos del
cristianismo, cuando la primitiva vida eremítica dio lugar a la formación de
comunidades religiosas y a la construcción de pequeños monasterios hispanos en
los siglos VI y VII. Durante la repoblación, muchos de estos edificios
evolucionaron, o incluso fueron levantados de nueva planta, hacia un estilo que
tradicionalmente viene llamándose mozárabe.
En el siglo XI con la llegada de
los benedictinos de Cluny, ya en época de Reconquista y a partir de ese momento
fueron evolucionando o cambiando, de acuerdo con las nuevas órdenes: císter,
órdenes militares, premostratenses, cartujos, jerónimos, agustinos,
camaldulenses y mendicantes. En el siglo XVII tuvo lugar una eclosión de
conventos situados o muy cerca o dentro de la ciudad.
La Arquitectura monástica, que se
creó en el siglo VI, comprendía, aparte de la Iglesia, claustros, celdas,
refectorios, hospederías, cocina, panadería, herrerías, cuadras, molinos, etc.
superando en dependencias al castillo medieval. Constituyeron durante mucho
tiempo los focos más importantes de creación y difusión cultural. Solían
situarse lejos de lugares poblados. Ya en el siglo VII San Isidoro, en una de
sus reglas, describía cómo debían ser las principales partes de un monasterio:
huerto para la manutención de los monjes, iglesia cercana a las celdas -éstas
para al menos diez individuos-, refectorio, despensa, enfermería... Pero será a
partir del siglo XI cuando surjan los monasterios más importantes, y los monjes
del Cister, con Bernardo de Claraval (San Bernardo) al frente, quienes reformen
la disciplina monástica y por tanto su arquitectura.
La conquista de Granada, con la
implantación de una nueva cultura, la cristiana por la musulmana, produjo
importantes cambios en la ciudad y el establecimiento de diferentes órdenes
religiosas supuso la creación de espacios adecuados: Los Monasterios. Al
parecer durante los siglos XVI y XVII se implantaron en Granada más de 19
conventos masculinos y otros tantos femeninos.
En general se denomina convento a aquellos monasterios que se ubican dentro del casco
urbano y que además suelen pertenecer a las llamadas Órdenes Mendicantes; pero
no debe tomarse como una regla general pues a veces estos conventos no se
edifican dentro sino fuera de la ciudad, aunque desde luego en lugares próximos
y nunca en plena Naturaleza y alejados de las urbes como lo vinieron haciendo
los benedictinos y cistercienses, incluso los pequeños eremitorios.
Aunque en lo esencial no se
distancian de los monasterios tradicionales, tienen sus propias características
arquitectónicas. Los edificios no están en la mayoría de los casos rodeados por
una muralla o cerca que los aísle, siendo las únicas tapias las que se levantan
para el jardín o huerta. Las ventanas se asoman a las calles de la ciudad por
lo que es necesario proteger la clausura con un cerramiento de celosías. Los
ciudadanos tienen acceso directo al edificio de la iglesia y solo dentro de
ella se hace un apartado de clausura para los religiosos (monjes o monjas).
Dentro de la iglesia, el púlpito llega a ser un elemento muy importante puesto
que estas congregaciones tienen como principal meta instruir y hablar
directamente con los fieles.
En los conventos femeninos hay
otros elementos que los caracterizan, como la existencia de un torno, único
elemento de contacto con el exterior desde la portería y el hecho de construir
en la iglesia (a veces) un coro alto y un coro bajo a los pies, o un coro bajo
en el lateral del presbiterio, con comulgatorio provisto de reja.
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El Monasterio de la Cartuja
es del siglo XVI, fue fundado por orden de don Gonzalo Fernández de Córdoba (El
Gran Capitán) sobre un antiguo carmen árabe llamado Aynadamar (Fuente de las
Lágrimas), en cumplimiento de un voto pronunciado en aquel lugar al conseguir
salvar la vida tras una celada de los musulmanes.
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En su construcción se fusionan
los estilos gótico, renacentista y barroco. Su templo, sancta santorum
(sagrario) y sacristía marcan el auge del barroco andaluz y español. Declarado
Bien de Interés Cultural, alberga una valiosa colección de pinturas.
La iglesia
fue terminada a principios del siglo XVII. Tiene tres puertas de acceso, una
para los fieles y las otras dos que, comunicando con el claustrillo, fueron
para los monjes y los legos. Su fachada, de mármol gris con dos grandes
columnas jónicas de final del siglo XVIII.
La portada con decoración plateresca. Destaca la puerta que divide los
coros, con incrustaciones de marfil, carey, plata, ébano y palosanto.
El sagrario o sancta santorum es buen ejemplo del barroco andaluz
del siglo XVIII y es una joya. Es uno de
los conjuntos barrocos más completos del arte español.
La sacristía está situada a la, izquierda y está "decorada"
con pinturas y esculturas de diferentes autores. La decoración se completa con
los altos zócalos de mármol y las bellas cajoneras de taraceas. Ricamente
ornamentada, es digno exponente de la fase final del barroco español.
Al claustro se accede por una puerta situada a la derecha de la entrada a la iglesia. El
patio está centrado, por una fuente, y a él se abren galerías con arcos. En
torno a él se distribuyen las diversas dependencias del Monasterio el
Refectorio, las dependencias de los monjes o la Sala Capitular de Legos de
estilo gótico, edificaciones todas ellas construidas entre los siglos XVI y
XVIII.
Portada plateresca de entrada al recinto Vista general del Monasterio
Monasterio de Cartuja |
Portada de la iglesia |
Monasterio de San Jerónimo
en la Calle Rector López Argüeta. Monumento nacional. Monjas jerónimas.
El Monasterio de San Jerónimo, es
un una obra arquitectónica del Renacimiento formada por iglesia y monasterio.
Declarado monumento nacional el 4 de junio de 1931 e inscrito como bien de
interés cultural en el catálogo nacional y en el autonómico.
Su fundación remite a la toma de
la ciudad por los Reyes Católicos, que tras hacerse con ella ofrecen a las tres
órdenes religiosas más importantes lo necesario para establecerse. De este
modo, los Jerónimos recibieron una finca con casa, un molino y una huerta. El
impulso definitivo para esta impresionante construcción vino de la mano de la
viuda del Gran Capitán, que solicitó a Carlos I que el monasterio fuese panteón
familiar, algo que obtuvo a cambio de sufragar parte de sus obras.
Fue fundada por Reyes Católicos
en 1492 en Santa Fe. Se trasladó a la capital y se empezó a construir en 1500 con piedra árabe de puerta Elvira,
sobre las Huertas del Nubla de los Reyes Nazaríes, se terminó en 1547. La obra
se debe en su mayoría a Diego de Siloé, aunque participaron en su construcción
otros arquitectos y artistas,
La iglesia, de planta de cruz
latina, con una mezcla de estilos gótico, isabelino y renacentista, responde a
los condicionantes de las iglesias de la orden jerónima, con coro elevado en
los pies y altar tras una amplia escalinata. La capilla mayor supone el centro
de atracción del templo, pues el gran retablo, de finales del siglo XVI, que la
preside supone una de las joyas del Renacimiento español, con casetones,
veneras y grupos escultóricos y que cuenta algunos capítulos del cristianismo
como el Santo Sacramento, el nacimiento de Cristo o la Adoración, entre otros.
El programa iconográfico fue pensado con el fin de resaltar las grandezas
militares y la heroicidad del Gran Capitán, que se halla enterrado en el
crucero junto a su esposa, Doña María de Manrique.
Tiene dos claustros: uno gótico y
otro protorrenacentista. El primer patio del Monasterio de San Jerónimo, al que
da acceso una portada dórica tiene treinta y seis arcos semicirculares con
escudos, emblemas e iniciales de los Reyes fundadores y las armas del primer
Arzobispo de Granada y monje, Jerónimo Hernando de Talavera.
El cuerpo segundo, con arcos
paineles sobre columnas muy cortas, tiene antepecho de piedra con labor gótica.
El monasterio cuenta con dos
claustros ajardinados, siendo el primero de ellos el que concentra la más
genuina decoración del Renacimiento. Siete arcosolios a modo de capillas, de
trazas clásicas, decoradas con todo el repertorio formal de este estilo,
configuran un espacio fúnebre para cuando los restos de don Gonzalo llegaron al
monasterio. En el segundo claustro, hoy clausura de la comunidad de monjas
jerónimas que lo habitan, residió la emperatriz Isabel de Portugal en su viaje
de bodas, tras la celebración de su matrimonio con el emperador Carlos I.
Cuando en 1522 se acabó la
capilla mayor fueron trasladados los cuerpos del Gran Capitán y su esposa desde
la Casa Grande del Convento de San Francisco.
La portada de la iglesia,
realizada a finales del siglo XVI, presenta una capilla en la que aparece una
escultura de San Jerónimo sobre un fondo de relieve. Sobre la portada el escudo
de los Reyes Católicos y, sobre éste, un gran ventanal flanqueado por los
bustos de San Pedro y San Pablo.
Los escudos del Gran Capital y de
su esposa están esculpidos sobre la puerta principal.
Tras pasar por diversas
vicisitudes adversas, como la invasión francesa, en la que se perdieran gran
parte de sus bellos ornamentos y la torre de la iglesia, que fue
reconstruida posteriormente, y la
exclaustración por expulsión de la Orden Jerónima, que casi llevaron a la
ruina, el Estado decidió su restauración, que se llevó a cabo entre 1916 y 1920
por el arquitecto Fernando Wihelmi.
En los años anteriores a 1989 fue
vuelta a erigir la esbelta torre de la iglesia tras haber sido derruida por los
franceses durante la invasión napoleónica para construir con sus piedras el
Puente Verde que une el Paseo de la Bomba con la Avenida de Cervantes, sobre el
río Genil.
La portada que separa el compás
del Monasterio de la Calle Rector López Argueta, aunque originariamente
pertenecía al monasterio, se repuso en la década de 1960, después de que en el
siglo XIX desapareciera y se encontrara posteriormente abandonada en un cortijo
de la Vega.
En la actualidad preside dicha
portada una bella imagen de la Virgen de las Angustias que no es la que
originariamente estaba en dicha portada.
El templo fue el primero en todo
el mundo en consagrarse a la Inmaculada Concepción de María.
Iglesia de San Jerónimo Vista general del Monasterio
Entrada al recinto |
Entrada de la iglesia |
Entrada del monasterio |
Iglesia de Santa María Magdalena, en la calle Puentezuelas, del siglo XVII (1677 – 1694).
La iglesia es parte del Convento
de Agustinas Recoletas del
Corpus Christi, es de finales del siglo XVII de estilo barroco.
Pertenece a la misma congregación que el Convento de las Tomasas del Albaicín.
El convento de Agustinas
Recoletas adosado a la iglesia, a la clausura se accede por sencilla portada
barroca, siendo un edificio modesto en lo arquitectónico.
La iglesia fue realizada entre
1677 y 1694, con estilo barroco granadino, muy propio de Alonso Cano. No en
vano se puede observar la correspondencia en las trazas de su portada con las
realizadas en la de la Catedral granadina, como es la estructura en tres partes
con el destacado de la Eucaristía en el centro, y un característico aire
triunfalista y monumental. Se ha vinculado su diseño al discípulo de Cano, el
arquitecto Juan Luis Ortega, por ser similar al Convento del Ángel, aunque
también se atribuye a José Granados de la Barrera. En su interior es muy
destacable la cúpula y el cuadro del altar mayor, obra de Juan de Sevilla
representando el Triunfo de la Eucaristía (1685).
Este templo, desde su airosa
cúpula cromática y su fachada retranqueada, domina el diseño urbanístico
barroco, pretendiendo crear efectos de sorpresa.
La Iglesia se corresponde con la
tipología de iglesias barrocas con pórtico a sus pies. Su planta es de cruz
latina con capillas laterales, tres a cada lado y comunicadas entre sí a modo
de naves, crucero rematado con cúpula y linterna y cabecera rectangular.
La cúpula del crucero es
modificación y ampliación posterior del proyecto original al igual que el
cancel de la iglesia, de finales de la centuria. Buenas obras de arte destacan
en el interior de este templo. Así, los retablos barrocos del crucero, de
finales del siglo XVII.
La iglesia solo presenta dos
fachadas exteriores, la principal y la lateral derecha, el resto se encuentra
adosado al edificio del convento.
La fachada principal tiene una
hornacina en la que dos ángeles sostienen la Custodia.
Además, en una de sus capillas
podemos también contemplar la imagen de Jesús del Rescate, atribuida al círculo
de los Mora, probablemente de Diego de Mora (s. XVII). Más allá de la calidad
artística de la obra, que la tiene, destaca la gran devoción del barrio y de
toda la ciudad por esta imagen, en torno a la cual se fundó en 1925 la cofradía
del Rescate, y procesionada por las calles de la ciudad cada Semana Santa
(Lunes Santo). Conocido por su fervor como "el Señor de Granada".
En esta iglesia fue bautizada la
emperatriz Eugenia de Montijo (emperatriz consorte de los franceses como esposa
de Napoleón III).
Iglesia con la torre |
Fachada del Convento de Agustinas Recoletas del Corpus Christi al lado de la iglesia |
Iglesia y Convento de San Antón,
en la calle Recogidas haciendo esquina con la calle San Antón donde tiene
otra entrada.
De su impresionante bóveda central, primor del
barroco de Granada: Y de una de las imágenes más queridas y
"veneradas" en Granada, el Señor del Zapato, atribuido a Pablo de
Rojas, y a quien la tradición supone muchas dádivas entre aquellos que le rezan
con fervor.
El conjunto actual comienza a
construirse en el siglo XVII y finaliza en el siglo XVIII. Formado por un
convento y una iglesia que siguen la arquitectura religiosa de la época. La
Iglesia se construyó en el lugar donde se encontraba una ermita. En 1835, el
convento pasó a las monjas Capuchinas
que lo recibieron como compensación al derribo del convento que tenían en la
plaza de la Romanilla. Situados en la intersección de la calle Recogidas con
San Antón.
Las portadas de la iglesia son
obra de Luis de Arévalo y la cúpula, de Alfonso Castillo. La Iglesia del siglo
XVII, bóveda de lunatos y cúpula churrigueresca. En el Altar Mayor se encuentra
una imagen del Crucificado. En el año 2007, finalizó la limpieza de la fachada
del convento de San Antón, pudiéndose descubrir un gran mural que ocupa gran
parte de la fachada lateral, cuenta con tres imágenes situadas en el centro de
la fachada y que pueden corresponderse con las imágenes del altar mayor. Sobre
el arco se ha dibujado un frontispicio en cuyo interior aparece una concha. El
vértice superior está rematado por una pequeña cruz. A ambos lados del arco se
han incluido un par de columnas de color verde con sus respectivos capiteles.
Posee un baldaquino en plata y
portacustodias, obra maestra de la orfebrería granadina del siglo XVIII.
Iglesia de San Antón Portada principal calle Recogidas Portada lateral con un mural
Convento del Santo Ángel Custodio,
en la calle San Antón.
Siendo fundado en el siglo XVII. Tras
el altar mayor de la iglesia del convento, queda colgado el magnífico Cristo de
San Agustín (llamada así porque antes, sobre 1520, se encontraba en el Convento
de San Agustín en la Plaza del mismo nombre).
Es un convento de clausura de las
madres clarisas. Pertenece
a la misma congregación que los conventos: Monasterio de Nuestra Señora de los
Ángeles, en el Realejo; Monasterio de la Encarnación, en la Plaza de la
Encarnación; Monasterio de Santa Isabel la Real, en el Albaicín.
Entre modernas construcciones,
queda este monasterio de franciscanas situado en la calle San Antón. Siendo
fundado en el siglo XVII, tuvo esta comunidad un convento cuya iglesia fue
trazada por el gran Alonso Cano (tal inmueble se encontraba en el solar hoy
ocupado por el extinto Banco de España, en la Gran Vía). En la primera mitad
del siglo XX, las religiosas pasaron a tener como residencia el actual
edificio, obra del siglo XIX. Tras el altar mayor de la iglesia del convento,
queda colgado el magnífico Cristo de San Agustín, el cual realiza su estación
de penitencia cada Lunes Santo. Rematando el retablo en el que se encuentra el
Crucificado, encontramos una imagen del Ángel Custodio, réplica de la escultura
en mármol de Alonso Cano, el cual se encuentra en el patio de la residencia de
las monjas. En la capilla que hay entrando a mano izquierda puede ver a la
Virgen de la Consolación, titular mariana de la cofradía, obra del sevillano
Antonio Dubé de Luque. Y, a la derecha en la primera hornacina que linda con el
altar, al Nazareno de las Penas, de autoría anónima, si bien puede decirse que
fue realizado en el siglo XVII.
Es un templo de nave central con
sólo una capilla entrando a la izquierda y coro al fondo, contiene dos
hornacinas a cada lado, una de ellas con el Nazareno de las Penas que porta una
cruz, otra con una Virgen, otra con un Cristo Redentor con Niño y la otra es de
San Antonio. También hay colgadas en las paredes diferentes cuadros.
A ambos lados de la fachada hay un mosaico del Cristo de San Agustín y de la Virgen de la Consolación, que esta iglesia procesiona.
antiguo Convento del Santo Ángel Custodio: Situado en Gran Vía, fue demolido en los años 40 del pasado siglo para
la construcción del Banco de España.
Monasterio de San José, de las Carmelitas
Descalzas, Plaza
de San Juan de la Cruz frente a Capitanía.
Fue fundado en el año 1582, bajo
la advocación, en principio, de San José. La religiosa y escritora mística
Santa Teresa de Jesús encargó a la carmelita Sor Ana de Jesús la fundación de
este centro, sobre parte de los terrenos vendidos a la congregación en 1590 por
los Duques de Sessa, descendientes del Gran Capitán. El convento fue inaugurado
en 1629; pero aquel edificio primitivo se deterioró pronto, debiendo ser
reedificado en el XVIII.
La iglesia exhibe al exterior dos
interesantes portadas manieristas de piedra gris de Sierra Elvira, una a los
pies y otra en el lado de la Epístola, muy similares en cuanto a composición:
puertas adinteladas, dotadas de arcos de medio punto con la clave resaltada,
enmarcadas entre pilastras dóricas sobre basamentos. Sobre cada puerta se abre
un frontón curvo partido con hornacina, y otro frontón semicircular sobre el
cual se yergue una cruz. A ambos lados de la cruz se ubican pequeños escudos de
los Carmelitas. La portada principal acoge el grupo escultórico de San José con
el Niño, y la lateral el de Santa Teresa ante la Virgen del Carmen, obras ambas
realizadas entre 1624 y 1626 por Alonso de Mena.
El templo tiene estructura de
nave única con cubiertas de bóveda de cañón, esquema repetido en los brazos del
crucero y el ábside. Son también de gran interés sus muros pintados al fresco,
y la rica decoración pictórica basada en escenas de la vida de Santa Teresa.
Anexa al templo, se encuentra la
primitiva casa de la familia Fernández de Córdoba, Duques de Sessa, construida
a principios del S. XVI sobre un solar adquirido a la viuda del marino Don
Álvaro de Bazán. También se la conoce como Casa
del Gran Capitán, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, héroe de la Guerra de
Granada y “glorioso vencedor de moros, franceses y turcos”, como reza la
inscripción moderna. En 1950, el inmueble fue trasladado piedra a piedra al
arranque de la Cuesta del Chapiz, en el Albaycín Bajo (el Palacio de los
Córdova). Hoy su lugar lo ocupa un fantástico relieve de la Sagrada Familia en
la carpintería de San José; aún se aprecian fragmentos de la primera
inscripción en latín en honor a la muerte de Don Gonzalo (que, dicen, tuvo
lugar donde hoy se asienta el coro bajo del templo carmelita). El grupo
escultórico se enmarca bajo un tejadillo típico a tres aguas, y una fina
decoración de motivos vegetales y heráldicos.
La gran lápida que hay en el muro
del convento debajo del relieve de la Sagrada Familia dice así:
"En esta casa vivió y en ella murió, el 2 de
diciembre de 1515, el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Aguilar y de Córdoba,
Duque de Sesa, Terranova y Santángelo, héroe cristiano, glorioso vencedor de
moros, franceses y turcos, a cuya ilustre memoria la Comisión de Monumentos
históricos de la provincia de Granada erigió esta inscripción. Año de
1874".
Casa del Gran Capitán (convento) e iglesia con la espadaña
Portada principal Portada lateral
Convento de las Carmelitas Calzadas en la calle de las Monjas al principio del barrio Realejo. Del siglo XVI.
Convento de las Carmelitas
Calzadas, o “de las Calabaceras”, como popularmente se las conoce, porque sus
monjas durante algún tiempo se mantuvieron económicamente fabricando pasteles
de calabaza. Fue morada de beatas hasta 1508, fecha en que la hermana Sor María
de San Sebastián fundó el convento bajo advocación de Nuestra Señora de la
Encarnación en una casa donada por cortesía del piadoso caballero Don Juan de
la Torre. Al convento primitivo se le añadió posteriormente una capilla propiedad
de Don Jofre de Loaysa, familia que labró la capilla mayor para su enterramiento.
En su fachada aparecen algunos
vanos enrejados y celosías. Lo más destacable artísticamente desde el exterior,
son las dos portadas de acceso, y una pequeña torre con tejado a cuatro aguas.
La portada principal es muy sencilla, hecha en piedra gris de Sierra Elvira,
con dintel y un frontón triangular partido, en cuyo centro se alberga el escudo
coronado de la congregación, arropado entre piramidillas laterales. Una pequeña
hornacina protegida por un tejadillo típico acoge una imagen de la Virgen del
Carmen con el Niño.
En el flanco izquierdo del
convento se abre la portada lateral –bastante más elaborada–, acceso independiente
a la iglesia desde la calle; en ella resalta el escudo carmelita coronado con
cruz.
La pequeña iglesia conventual es de nave única rectangular, estrecha y
compacta, con dos coros separados y gran profusión de pinturas murales. En su
interior cabe destacar asimismo un excelente alfarje mudéjar de ocho paños
sobre la capilla mayor, con un letrero pintado en el friso con una leyenda
alusiva al fundador, el señor de Loaysa que aparece contemplando un retrato junto
a su esposa, en el retablo.
El actual retablo mayor de
este templo es reciente (de 1947) del escultor Sánchez Mesa. En otro retablo,
de tipo barroco, se encuentra una imagen de San José esculpida por José
Risueño, de estilo barroco tardío.
Portada del convento con el escudo Carmelita |
Portada de la iglesia |


Altar mayor y clausura de la iglesia
Monasterio de la Concepción,
en la Plaza del Monasterio de la Concepción. Albaicín. Siglos XVI-XVII.
Gótico. Mudéjar. Barroco. Terciarias Franciscanas.
Situado en el bajo Albaicín, este
monasterio de franciscanas fue fundado a comienzos del siglo XVI. Monasterio e
iglesia ocupan dos lados de la plaza que se abre ante ellos, mientras que los
otros dos lados quedan formados por la verja que cierra el lugar. La portada de
la iglesia se realizó en el siglo XVII y presenta una escultura en piedra de la
Virgen. Mientras, la portada que encontramos enfrente es de traza gótica,
principios del siglo XVI, y da acceso directo al monasterio.
El autor fue "un gran
maestro de Toledo", que se sospecha fue Juan Bautista Monegro. La
construcción del templo finalizó en 1627, presenta una planta de cruz latina,
ligada a la idea de sobriedad de los monasterios y al estilo herreriano de
finales del siglo XVI. La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos de
media naranja sobre pechinas en el crucero, decorándose con el escudo del
obispo de Troya sostenido por águilas. El retablo es barroco temprano de orden
corintio decorado con pinturas.
La iglesia encierra muchos
tesoros artísticos, entre los que destacan una rica colección de pinturas de Ángelo
Nardi.
Portada de la iglesia: La portada
da a un pequeño patio y consta de dos cuerpos y un ático y dos portales
laterales. La portada principal es obra de Juan de Aranda Salazar, está
concebida como un arco triunfal flanqueado por severas pilastras toscanas que
ordena todo el conjunto, sobre la puerta se encuentra una hornacina con la
imagen de Santa Clara, obra de Diego de Landeras.
Portada exterior: Es una portada
monumental reedifica en orden toscano, con una hornacina en la que hay una
imagen de la Purísima.
Convento de terciarias
franciscanas erigido en 1523, y enclavado en el barrio nobiliario de los
Axares. Ejemplo muy relevante de la primera etapa de cristianización de la
ciudad tras la conquista, conformado por la incorporación de construcciones y
espacios preexistentes (casas con sus respectivos patios del siglo XVI y un
huerto-jardín) cuyo resultado es un edificio complejo con elementos
arquitectónicos y decorativos muy diversos: claustro principal de tradición
morisca, fuente nazarí, león esculpido semejante a los del cercano Maristán,
portada gótica de acceso al convento, armaduras mudéjares en el coro alto de la
iglesia, portada barroca de la iglesia, etc. Por todo esto puede considerarse
como uno de los vestigios culturales más enriquecedores del Albaicín, a la vez
que testimonio del carácter triunfal de la cultura contra reformista granadina
en torno al tema de la Inmaculada Concepción.
Un singularísimo patio de tradición
morisca con fuente octogonal hace las veces de claustro en torno al cual se
articulan las principales dependencias conventuales. Por todo esto es
considerado como uno de los vestigios culturales más enriquecedores del
Albaicín.
Entre las dos portadas, la de la iglesia y la del convento hay un pilar dedicado al compositor Valentin Ruiz Aznar (Maestro de Capilla de la Catedral y docente en el Conservatorio
profesional de Granada).
Recinto del Monasterio con las dos portadas |
Pilar dedicado al compositor Valentín Ruíz Aznar |
Portada gótica de la clausura |
Portada barroca de la iglesia |
Convento de las Tomasas
del Siglo XVII, Barroco. Antiguo Convento de Nuestra Señora de Loreto (perteneciente
a los agustinos descalzos o recoletos), hoy convento de Santo Tomás de
Villanueva, de agustinas recoletas, fundado por Antonia de Jesús, nació en
Pastrana el 24 de julio de 1612. A la edad de 6 años toda la familia se
trasladó a Granada.
Convento de agustinas recoletas erigido en 1636. Construido según los elementos
propios de la tipología conventual (claustro e iglesia, accesibles ambos
directamente desde la calle), aprovecha partes de edificios anteriores, y se
encuentra adosado al sistema defensivo de la preexistente Alcazaba Cadima. La
entrada a la iglesia, identificada por el alero que a modo de tejadillo hay
sobre la portada y por la espadaña situada sobre ella, destaca como elemento
paisajístico en contraste con el aspecto sobrio del resto de los muros
exteriores.
Durante la desamortización este
convento no fue exclaustrado pero si acogió, temporalmente a las hermanas del
convento del Corpus Chisti, en el centro de Granada.
Las revueltas republicanas que
tuvieron lugar en 1932 fueron el comienzo de una serie de atentados contra la
iglesia y que, en nuestro caso, culminan el 9 de Diciembre de 1933 con la quema
del convento después de varios intentos, ardiendo la iglesia y parte de la zona
conventual. Se procedió a su restauración en 1939 y 1946, sin olvidar algunas obras
realizadas en la década de los ochenta. En la actualidad una pequeña comunidad
sigue habitándolo y conservando este conjunto.
Iglesia de San Gregorio Bético de los siglos XVI al XVIII, tiene su origen en una pequeña ermita erigida por los Reyes Católicos en el lugar de enterramiento de los cristianos en época del Reino musulmán de Granada.
Construida durante los siglos XVI - XVII sobre los
restos de una ermita que levantaron los Reyes Católicos, tras la conquista de
Granada en 1492 para conmemorar a los mártires cristianos que allí estaban
enterrados. Bastante dañada durante la Guerra Civil.
Está situada en el Albaicín,
en donde según la tradición se enterraba a los cristianos en tiempos de los
musulmanes, muchas veces después de torturarlos y matarlos, como Juan
y Pedro que fueron arrastrados desde la Alhambra atados a la cola de caballos
por predicar el Evangelio.
Primeramente se levantó aquí
una ermita mandada realizar por los Reyes Católicos, que con el paso del tiempo
fue modificándose y ampliándose hasta convertirse en iglesia y
convento anexo. Con la desamortización del siglo XIX sufrió graves daños, pero
volvió a dedicarse al culto un tiempo después. El 10 de marzo de 1936 fue
incendiado por los participantes en las revueltas sociales, ardiendo parte de
él y siendo restaurado en 1938. Todos estos acontecimientos han provocado que
conserve muy pocas de las obras de arte que poseía.
Portada principal de
estilo Jónico elaborada en mármol de Sierra Elvira, con las granadas, en sus
enjutas, que representan al Reino de Granada. En la parte superior, en
una hornacina aparece la imagen de San Gregorio, obispo de Ilíberis (Granada en
la etapa romana).
Hay pinturas al fresco en el
presbiterio y la cúpula.
Construida en la primera mitad del XVI en el lugar ocupado
por una mezquita, era uno de los templos más pequeños y sencillos de Granada.
Cubierta por armaduras mudéjares, a fines del siglo XIX se hundió la de la
nave, conservándose la de la capilla mayor,[ la cual presentaba unas pinturas].
La original torre se encuentra tras la cabecera del templo, justo en el eje de
la puerta, disposición muy poco usual en la arquitectura granadina. Dentro de
la torre existe una capillita con cúpula semiesférica. Una desafortunada
intervención, en los últimos años del siglo XX, supuso la sustitución de la
armadura, incluido el arco que separaba la capilla mayor, por una estructura de
hierro camuflada con elementos de las techumbres deshechas.
Iglesia de San Gregorio Bético |
Portada principal, en la hornacina imagen de San Gregorio |
Monasterio de San
Bernardo en la Carrera del Darro. Estilo neolasicismo.
Aunque se construyó en el siglo XIX, su fundación se remonta al siglo XVII, momento del máximo apogeo de la construcción de conventos en la ciudad. La austeridad de la Orden del Cister se une a los planteamientos nacionalistas del neoclasicismo, que se aplican sobre la tipología conventual del barroco granadino; claustro central cuadrado, iglesia de nave única con coros altos y bajo y capilla mayor con cúpula semiesférica.
Del año 1682, tal como reza un mosaico que corona la puerta. Son de la orden Cisterciense y en 1695 se trasladaron definitivamente a la casa propiedad de Dña. María de la Torre Esparza, en la carrera del Darro adaptando el edificio a las exigencias de un monasterio funcional y adosándole un templo espacioso. Aquí permanece desde entonces la comunidad, si bien la portería del Monasterio está en la Calle Gloria Nº 2, perpendicular a la fachada principal.


Convento de Nuestra Señora de los Ángeles en el Realejo , Siglo XVII , de monjas clarisas.
Lienzos barrocos de mérito guardados en el edificio son el Crucifijo entre ángeles de la Sala de juntas, la Virgen de la Caridad y un San Antonio del Salón de Actos, y la Inmaculada de la escalera. Este tipo de portada es único en la capital granadina, aunque no infrecuente en Cádiz o Sevilla. La fachada en ladrillo se articula en dos pisos moldurados con vanos adintelados y acodados, reflejo del gusto desornamentado escurialense, con remate superior afenestrado a manera de galería, ornado con decoración geométrica y apilastrados.
Aquí se encuentra la Seráfica Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles (Patrona de las Vistillas).
La Orden de Santa Clara constituye la parte necesaria y complementaria, en cuanto a la contemplación, de la vida franciscana. Clara quiso compartir el estilo de vida evangélico y pobre iniciado por Francisco. Con ellas caminamos y crecemos en nuestra común vocación franciscana. Su clausura, como medio para cultivar la vida contemplativa, nos abre los caminos del mundo a la evangelización; su oración, sostiene nuestro trabajo apostólico; su pobreza y alegría recuerdan y sostienen la de los Hermanos Menores.
En la Provincia Franciscana de Granada existe la Federación de Nuestra Señora de Regla de las Hermanas Clarisas a la que pertenece los siguientes conventos: Monasterio Ntra. Sra. de los Ángeles (en calle Molinos 76); Monasterio de la Encarnación (en Pl. de la Encarnación, 1); Monasterio del Santo Ángel (en calle San Antón, 40); Real Monasterio Sta. Isabel la Real (en calle Sta. Isabel la Real, 15. Albayzín ).
Entrada a la iglesia |
Interior de la iglesia |
Monasterio de Santa Isabel La Real
S. VI-XVII. Camino Nuevo de San Nicolás.
Albaicín.
Fue fundado como convento en el
año 1.504, por intercesión de Isabel la Católica, y de ahí su nombre. Con
anterioridad a la amortización de
Mendizábal poseía una gran cantidad de jardines que hoy son espacios públicos.
El monasterio, por su parte, fue
construido entre los años 1.574 y 1.592, sobre parte de un palacio antiguo,
posiblemente parte del Palacio de Dar al Horra.
Destaca su magnífica portada que
diseño Enrique Egas en estilo gótico flamígero, también llamado isabelino por
su extensivo uso en aquel reinado. Podemos ver símbolos de los Reyes Católicos
en su portada, como el yugo y las flechas.
Su iglesia es de una sola nave.
El presbiterio se encuentra a gran altura sobre el resto de la iglesia, en la
capilla mayor decorada con pinturas murales. Arco toral apuntado, sostenido por
pilastras con capiteles de hojas, todo él decorado con pinturas murales.
Retablo mayor renacentista del siglo XVI, reformado en el siglo XVIII
añadiéndole la parte central de estilo Barroco.
Tiene una torre mudéjar con
azulejos moriscos.
Consta de un claustro con
cenadores y corredores sostenidos por columnas dóricas. las techumbres de
claustro, coro, escalera y otras dependencias son buenos ejemplos del estilo
Mudéjar.
Es de monjas clarisas y
pertenecen a esta congregación los siguientes conventos en Granada: Monasterio
Nuestra Señora de los Ángeles (en el Realejo); Monasterio de la Encarnación (en Plaza de la Encarnación); Monasterio del Santo Ángel (en calle San Antón).
Portada de acceso al recinto |
Detalle de la portada |
Iglesia del Monasterio |
Portada de estilo isabelino |
Convento de la Madre de
Dios de las Comendadoras de Santiago (Realejo),
El 6 de noviembre de 1501, se instituyó aquí el primer convento femenino de Granada. La urgencia por convertir al Cristianismo a la población morisca, obligó a los reyes a fundamentar con cimientos sólidos la labor pastoral y de evangelización, mediante la fundación de instituciones pías como el presente convento femenino.
La reina Isabel I la Católica se encargó personalmente de asegurar una buena dotación económica para la orden religiosa de Santiago con unas casas (llamadas De la Doctrina) y tierras que correspondían a Aixa, la madre de Boabdil. Fue deseo expreso de Isabel dedicar el convento al Apóstol Santiago, santo patrón de la Reconquista (recordemos su título de Matamoros) y de España, como muestra de agradecimiento por su ayuda en la misión de poner fin al poder musulmán sobre la Península Ibérica.
La iglesia fue construida en su mayor parte en el siglo XVI, aunque en el XVIII, sufriría algunas modificaciones. De su construcción primitiva datan la portada principal de piedra, en Calle Santiago, conformada por un gran arco de medio punto doblado, con un águila –algo deteriorada– sobre la clave, cuyo pecho acoge un escudo de los Reyes Católicos. También es original la segunda portada, lateral e independiente. Ambas puertas dan a un pequeño compás de suelo empedrado, a través del cual se accede a la iglesia, a la torre-campanario y al convento. La fabulosa portada monumental ricamente decorada es de estilo barroco.
La torre, es el elemento arquitectónico que más resalta desde el exterior: se divide en tres tramos de mampostería y ladrillo encalados, diferenciados mediante molduras y aleros de canes de madera; cada segmento decrece respecto al anterior conforme se asciende hasta la cúspide, rematada por un tejado a cuatro aguas con veleta metálica.
La torre, es el elemento arquitectónico que más resalta desde el exterior: se divide en tres tramos de mampostería y ladrillo encalados, diferenciados mediante molduras y aleros de canes de madera; cada segmento decrece respecto al anterior conforme se asciende hasta la cúspide, rematada por un tejado a cuatro aguas con veleta metálica.
El templo sigue el esquema de nave única con capillas laterales, sobre la Capilla Mayor hay una preciosa cúpula elíptica. De su decoración debemos resaltar los magníficos trabajos en yesería y sus pinturas, con la imagen de Santiago Apóstol en el altar mayor, y otra de San José en el coro.
En época de Carlos III (a la par Maestre Mayor de la Orden de Santiago), tuvieron lugar importantes reformas de ampliación en el monasterio, una planta rectangular gira en torno a un gran patio, con fuente central y cuatro partes ajardinadas geométricas (visibles desde Calle Paco Seco de Lucena), acorde a un esquema racionalista típico de la arquitectura religiosa del XVIII tardío.
El retablo es barroco del tipo churrigueresco propio de España, lo preside la imagen de María que en cada periodo lleva un ropaje de distinto color. El púlpito es churrigueresco del barroco español y conserva interesantes esculturas de Alonso de Mena.
El retablo es barroco del tipo churrigueresco propio de España, lo preside la imagen de María que en cada periodo lleva un ropaje de distinto color. El púlpito es churrigueresco del barroco español y conserva interesantes esculturas de Alonso de Mena.
Desde este convento, parte también el Camino de Santiago en su vertiente andaluza, el Camino Mozárabe. Partiendo de aquí, sigue por la calle Seco de Lucena hasta el vecino callejón de Cobertizo de Santo Domingo, sale a la Plaza de Santo Domingo y de ahí prosigue hasta el Corral del Carbón, la Catedral de la Encarnación, ... y así, poco a poco, unos mil y pico kilómetros más adelante, Santiago de Compostela.
En la actualidad estas monjas, para poder sufragar los gastos que tienen, se dedican a organizar comidas.
Torre de la iglesia del Convento |
Portada de piedra, en el arco un águila con el escudo de los Reyes Católicos |
Portada barroca |
Convento de Santa
Catalina de Zafra Carrera del Darro(Albaicín bajo) de religiosas
dominicas. Siglos XIV y XVI. Nazarí. Renacimiento. Mudéjar. Barroco
Fundado en 1520 por doña Leonor
de Torres, viuda de Hernando de Zafra (Secretario de los Reyes Católicos),
integrando para su construcción varias casas moriscas que fueron donadas a éste
por los Reyes Católicos.
Articulado en torno a varios patios, el principal de ellos, del siglo XVI, es el más destacado por la fusión de elementos decorativos hispano-musulmanes y cristianos.
Su iglesia, de estilo mudéjar y muy reformada tras el incendio que sufrió en 1678, acoge una interesante decoración barroca. Como ocurre con otros edificios conventuales, en él se elabora una tradicional repostería que goza de gran aceptación social.
Articulado en torno a varios patios, el principal de ellos, del siglo XVI, es el más destacado por la fusión de elementos decorativos hispano-musulmanes y cristianos.
Su iglesia, de estilo mudéjar y muy reformada tras el incendio que sufrió en 1678, acoge una interesante decoración barroca. Como ocurre con otros edificios conventuales, en él se elabora una tradicional repostería que goza de gran aceptación social.
En su interior conserva una
pequeña casa árabe del Siglo XI—XIV. en el exterior tiene una portada renacentista del siglo XVI con
restos de una fachada árabe del siglo XIV.
Convento de Santa Catalina de Zafra |
Portada renacentista del siglo XVI |
Convento de Santa Catalina de Siena
(Realejo) Orden: Dominicas (Predicadores).
En la Cuesta del Realejo, que desciende hacia la plaza del
mismo nombre. En ella se alza el Convento de Santa Catalina de Siena, fundación
de 1523.
La comunidad trabaja con carácter fijo para una empresa
textil. Disponen de un archivo importante, donde se conserva íntegra toda la
documentación monástica.
Fundado en 1520 sobre el solar de un antiguo edificio árabe.
En el inmueble se instaló un cenobio de monjas dominicanas, en 1530. Saqueado
por los franceses en 1810, pudo subsistir a duras penas hasta 1860, como
refugio de religiosos de otros conventos suprimidos. Al exterior, lo único
realmente destacable es su portada principal, adintelada y extraordinariamente
sencilla, decorada por un escudo de la Orden con la leyenda Veritas, un rosario
colgante, una palma y una ramita de olivo. A través del zaguán, cubierto con un
bello alfarje de madera, se accede a un patio distribuidor peristilado y
ajardinado, rodeado de arcos de medio punto y columnas toscanas.
El convento conserva otros relajantes patios y salas
interiores -lamentablemente no visitables turísticamente-, entre ellas una
elegante estancia, de gran tamaño, cubierta por un armazón troncopiramidal con
exquisitas lacerías mudéjares alternando motivos de aspas y estrellas. La
iglesia conventual fue construida en 1920, este modesto templo, intimista y
sencillo pero extraordinariamente cargado de dulzura, atesora pese a su
sencillez algunas esculturas interesantes.
Convento de la Piedad, del siglo XVI, uno de los monasterios más sencillos y desconocidos (por su clausura) de todos los que hay en Granada. Los muros separan lo que es el huerto del monasterio de la Plaza de los Lobos, que en el siglo XIX, durante la desamortización, se amplió a costa del huerto conventual.
Pertenece a la orden de las Madres Dominicas.
Este convento sigue un programa clásico en la arquitectura conventual de los siglos XVI y XVII. Obra de gran austeridad y sencillez en la que no destaca especialmente nada, y de la que es perfectamente ilustrativa la portada del convento: un sencillo arco de medio punto apoyado en pilastras sobre el que se ubica una pequeña hornacina con una imagen de la piedad.
Torreón del convento |
Puerta de la iglesia |
Convento
de la Encarnación Orden: Clarisas Franciscanas. En la Plaza
de la Encarnación frente a la Plaza de la Universidad.
Convento del siglo XVI que se encontraba adosado a una
iglesia que existía antiguamente. Posee un patio rectangular, peristilado, con
fuente central y escalera en tres tramos. Lindante con la escalera hay un
patio, que pertenecía a una casa morisca, con alberca y pequeña fuente en el
centro y resuelto en dos pisos con galería abalaustrada. Los cultos solemnes
están abiertos a la participación de los fieles.
El convento de la Encarnación es uno de esos paraísos
ocultos de Granada, que no es posible visitar en condiciones normales, pero del
que podemos dar fe del fervor y laboriosidad de sus hermanas, así como de la
riqueza monumental y artística que guarda. Fue fundado en 1524 por Inés Arias,
reformándose en 1541 para unirlo a la Iglesia de los Santos Justo y Pastor,
hasta que, en 1835, fue derribada la unión que existía entre ambas.
Este convento no tuvo capilla propia, habilitando para
tal fin a la vecina Parroquia de San Justo y Pastor, levantada sobre la antigua
mezquita. Esta unión duraría hasta 1799 en que la parroquia se traslada a la
vecina capilla de la Compañía de Jesús, siendo usada solo por las religiosas
hasta su derribo en 1835. Vendido en un primer momento, solo podemos asegurar
que se derribó la vieja capilla anexa, volviendo las monjas a él a los pocos
años y siendo obligadas a regularizar la fachada que era contigua al perdido
templo.
La capilla actual fue habilitada en una de las crujías
del claustro, construyéndose en 1902, en su nave rectangular, una bóveda de
cañón y una cúpula ciega sobre el modesto presbiterio. Aquí se conservan obras
de Mora, Risueño, Diego de Siloé, Antonio Jurado, Alonso de Mena y de Pedro de
Mena así como una variada colección de obras que van de los siglo XV al XVIII.
En cuanto al convento, la sobriedad y desnudez de los
muros exteriores, de los que solamente sobresale una mal compuesta torrecilla,
no dejan adivinar la riqueza de su interior. Su origen es un conglomerado de
casas antiguas, algunas de principios del XVI, con capiteles nazaríes, zapatas,
alfarjes, reducidos patinillos y galerías de madera, que hacia 1560-80 fueron
regularizadas con un amplio patio con dobles galerías de arcos de medio punto
sobre esbeltas columnas toscanas y escalera cubierta por rico artesonado. Tiene
buenas esculturas en sus numerosos altarcitos y pinturas, un retablillo en el coro bajo,
curioso por sus adornos de alabastros, conchitas y cristales. En su jardín
trasero, en unas recientes excavaciones, se han encontrado vestigios de la
antigua muralla que pasaba por esta zona.
A la misma congregación pertenecen los siguientes
conventos: Monasterio Ntra. Sra. de los Ángeles (en el Realejo); Monasterio del
Santo Ángel (en calle San Antón); Real Monasterio Sta. Isabel la Real (en calle
Sta. Isabel la Real, Albaicín).
Convento Siervas de María, se encuentra en la Plaza de la Encarnación.
Convento de la Encarnación |
Detalle del campanario |
Entrada por la calle San Jerónimo |
Convento Siervas de María, se encuentra en la Plaza de la Encarnación.
Palacete historicista del siglo XIX en el que habitan
las Siervas de María, cuya dedicación fundamental es atender a enfermos en las
horas nocturnas.
"¡Bendito
y alabado sea Jesús Sacramentado! -¡Sea por siempre bendito y alabado!"
Tal es la inscripción que en caracteres góticos
aparecía grabada en el frontis del zaguán de la casa que Dios nuestro Señor
deparaba en la ciudad de Granada a las caritativas Siervas de María.
Abadia del Sacromonte
Emplazada sobre uno de los cerros
de la cuenca del río Darro, la Abadía del Sacromonte disfruta de un bello,
recóndito y privilegiado lugar situado en los límites de la ciudad de Granada.
Su fundación vino a raíz del hallazgo, en el siglo XVI, de unas láminas de
plomo en las que se señalaban que en este lugar se ejecutaron los martirios de
San Cecilio, primer obispo de Granada, y de otros Santos evangelizadores de
estas tierras. supone la Abadía -con una bella iglesia-, el Seminario y el
Colegio, este último construido en el siglo XIX. Sin duda, las Santa Cuevas son
el vértice de este lugar, en las que al parecer fueron quemados los mártires.
En el interior de la Abadía, numerosas y magníficas obras de arte, además de
una biblioteca cultural.
Ubicada en el monte Valparaíso,
la Abadía del Sacromonte nos muestra el pasado cultural y religioso de la
ciudad, y es vital para comprender la Granada de la Contrarreforma.
Al Sacromonte suben en romería
todos los granadinos el primer fin de semana de febrero en honor al Patrón de
la ciudad, San Cecilio, primer obispo de Granada, cuyos restos fueron
encontrados en este lugar.
También, en la Semana Santa, la
Abadia y sus alrededores no logran contener a la gran cantidad de gente que
suben a ver salir o a ver regresar a su templo al Cristo de los Gitanos, entre
hogueras hechas en el monte para alumbrar su paso y saetas que los vecinos le
dedican.
Este maravilloso complejo
artístico, cultural y religioso se compone de: las Santas Cuevas, la Abadía del
siglo XVII-XVIII, el Colegio del siglo XVII y el Seminario. Aquí se fundó uno
de los primeros colegios universitarios privados de Europa, en 1610.
Cruzando el patio con 28 arcos de
medio punto llegamos a una capilla que tiene un pequeño altar sobre la entrada
de una mina que nos lleva hasta varias cuevas en las que, en el año595, se
hallaron las reliquias de los discípulos del Apóstol Santiago y los libros
plúmbeos, unas placas de plomo escritas en árabe narrando su martirio, también
había un horno y unas cenizas.
Una cruz que piensan perteneció a
San Juan de Dios, está situada en la cueva principal, en el sitio en que fueron
quemados los santos varones.
Delante de la entrada de las
cuevas hay una bonita Inmaculada que fue regalada por Don Pedro Pascasio. La
Abadía conserva un valiosísimo patrimonio, aunque no todo se puede ver, gran
parte de éste se haya en el Museo de la Abadía. la Plataforma de Vico, el plano
más antiguo de la ciudad de Granada.
En sus salas se exponen tesoros
como: un ejemplar de Generalidades sobre la Medicina de Averroes; o una carta
de Pizarro al Emperador Carlos V, por citar algunos.
La Abadía de Sacromonte es un
lugar privilegiado para admirar en silencio y con calma las impresionantes
vistas a la Alhambra, el Albaicin, el río Darro y los magníficos picos de
Sierra Nevada. En la actualidad es residencia de sacerdotes y la parroquia del
barrio.

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